Si alguna vez has llegado a una conclusión rápidamente que luego no resultaba ser tan acertada, has puesto etiquetas incorrectas a personas que acababas de conocer o has reaccionado impulsivamente ante determinadas circunstancias, seguramente estabas bajo los mandos de tu «cerebro 1» o «reactivo».

Todos tenemos dos tipos de cerebros, que rigen su funcionamiento en dos sistemas de pensamiento distintos.

• Nuestro cerebro 1 o reactivo se caracteriza por ser rápido y automático, respondiendo instantáneamente a los acontecimientos de nuestros entorno. Es el que contiene nuestros juicios e ideas preestablecidas.
• Normalmente, toma el control gran parte del día con el fin de no gastar energía innecesaria, nos hace ser espontáneos y lleva a cabo las tareas más rutinarias.
• Sin embargo, puede llevarnos a tomar decisiones rápidas y equivocadas, especialmente si nos encontramos invadidos por nuestras emociones.
• Por otro lado, nuestro sistema de pensamiento número 2, es más lento y necesita tiempo para elaborar la información, obteniendo así, conclusiones más precisas.
• A pesar de sus buenos resultados, este último sistema se encuentra en un segundo plano.
• Si no queremos caer en las redes del sistema reactivo, es necesario crear un yo reflexivo que nos aporte un modo de pensar atento y consciente. Si conocemos nuestra manera de funcionar, evitaremos cometer errores propios de un pensamiento rápido y poco elaborado